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El mercado laboral está en deuda con las mujeres: siete cifras hablan de la brecha con la prepandemia

Por: Rossana Lucero | Publicado: Lunes 4 de marzo de 2024 a las 04:00 hrs.
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El viernes se conmemorará un nuevo Día Internacional de la Mujer, un hito que hace cuatro años las encontró prontas -como al resto de la sociedad- a entrar en una dimensión inexplorada de encierro debido a las restrictivas medidas sanitarias que se impusieron por la propagación del Covid-19. Los roles se confundieron en mucho menos metros cuadrados, incluida la cesantía y la decisión de cuidar a los niños o adultos mayores cuando incluso se redujeron algo las resticciones y se pudo empezar a salir.

Meses después, como en otras partes del mundo, ellas perdieron puestos de trabajo que había tomado décadas lograr, como lo refieren distintos estudios.¿Dónde estamos ahora? Aún en una senda de recuperación, pero que va develando varias tareas pendientes, según sugieren las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) que analizó el director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP), Juan Bravo.Tomando como referencia un indicador clave de la situación del mercado laboral, como es la tasa de ocupación -es decir, cuánta gente tiene empleo como porcentaje de la población en edad de trabajar-, el economista identificó siete áreas que hablan de los avances y de los rezagos que enfrentan hoy las mujeres en Chile.

Lo que falta…

La tasa de ocupación femenina se ubicó en 48,2% en el trimestre noviembre 2023-enero 2024. O sea, 4.011.820 mujeres tenían empleo de un total de 16.306.894 personas en edad de trabajar. Dicho porcentaje se compara aún desfavorablemente con el 48,9% de noviembre 2019-enero 2020. Esto implica, dice Bravo, que se requieren 56.719 mujeres ocupadas adicionales a las actuales para alcanzar el nivel prepandemia.

Hogares con niños

Un punto complejo es que la tasa de ocupación de mujeres que viven en hogares con presencia de menores a 3 años es 2,1 puntos porcentuales (pp.) inferior a la observada antes del Covid-19.

En el caso de las que viven en hogares en donde no hay presencia de menores a 3 años, la diferencia es solo de 0,4 pp.

Factor nacionalidad

Entre las chilenas, la tasa de ocupación es 0,9 punto porcentual menor a la registrada antes del coronavirus, mientras que entre las extranjeras es 0,7 pp más baja.

El efecto de la edad

La foto por edad habla de brechas relevantes. Entre las jóvenes de 15 a 24 años, la tasa de ocupación está 2,5 puntos porcentuales por debajo de la observada antes de la crisis sanitaria, pero habría una buena razón. Mientras en hace cuatro año, el 52,5% de ese grupo estaba inactivo por razones de estudio, en la última medición esa proporción había subido a 58,9%.

El pero viene entre aquellas que tienen entre 55 y 64 años, donde el nivel de ocupación es 2,6 puntos menor que el verificado a fines de 2019 y comienzos de 2020; y, más desafiante, en el segmento de 65 años la brecha aumenta a a 3,3 puntos.

En este último caso, advierte Juan Bravo, podría estar influido por la falta de oportunidades laborales, pero también por la instauración de la Pensión Garantizada Universal a inicios de 2022.

La comparación evidencia que el porcentaje de mujeres de 65 años y más que están inactivas por razones de pensión aumentó en 4,2 puntos porcentuales.

¿Qué pasa con aquellas que tienen entre 25 a 54 años? Ya hay una recuperación: la tasa ocupación es 1,9 pp. superior al escenario anterior al coronavirus.

Nivel de educación

En esta dimensión, el menor rezago se ve en el segmento de aquellas con educación superior completa, donde la tasa de ocupación en el trimestre noviembre 2023-enero 2024 es sólo 0,7 pp. inferior a la observada en prepandemia; mientras que en el caso de aquellas con educación secundaria completa, la diferencia en contra es de 1,2 pp.

El mayor atraso ocurre entre las mujeres que no han completado la educación secundaria, donde la tasa de ocupación es 4,9 pp. menor.

La foto en regiones

El mayor rezago se observa en la región del Ñuble, donde la tasa de ocupación femenina es 4,8 puntos porcentuales inferior a la vigente a comienzos de 2020, seguidas por O’Higgins (-4,4 pp.) y Aysén (-4,2 pp.).

Por el contrario, regiones como Tarapacá y Magallanes tienen una tasa de ocupación femenina muy superior a la observada en el periodo prepandemia, con un aumento de 7,5 puntos y 5,2 puntos, respectivamente.

Sector económico

La proporción de la población femenina ocupada en la rama de hogares como empleadores -asociada al servicio doméstico- cayó 1,1 puntos porcentuales hasta 3% en estos cuatro años, la mayor disminución dentro de las ramas económicas analizadas por OCEC UDP.

En ese lapso, en el sector agropecuario silvícola y pesca la baja fue de 0,6 pp., en tanto que la proporción de la población de mujeres empleadas en el comercio -la rama con mayor peso en el trabajo femenino y total- descendió en 0,4 pp. Al contrario, el porcentaje de ocupadas en salud ha subido desde 5% a 5,9% en el período.

La luz amarrilla

Dados los datos anteriores, Bravo llama a evitar “la inacción o el conformismo”.

El economista plantea que aun “hay bastante espacio para avanzar en aumentar la tasa de ocupación femenina, especialmente a través de modificar la legislación laboral de tal modo que los derechos ligados a los cuidados sean equitativos para todos los trabajadores y no repliquen la lógica cultural de que son las madres las únicas o las responsables principales de los cuidados”.

A su juicio, “revertir el deterioro en los ritmos de generación de empleo asalariado formal en el sector privado es uno de los principales desafíos en materia laboral, lo cual requiere priorizar la recuperación de la capacidad de crecer en el diseño de las políticas públicas”.

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